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viernes, 23 de marzo de 2012

TODO.



todo, da.

(Del lat. totus).

1. adj. Dicho de una cosa: Que se toma o se comprende enteramente en la entidad o en el número.

Cuando hablamos de las bendiciones de Dios somos muy exactos en citar algunos versículos como:

Mat_21:22 Y TODO cuanto pidáis en la oración, creyendo, lo recibiréis.

Mat_6:33 Más buscad primeramente el reino y la justicia de Él, y TODAS estas cosas os serán añadidas.

Flp 4:13 TODO lo puedo en Cristo que me fortalece.

Y somos muy exactos en recalcar TODO, el Señor dice TODO. No solo un poco, recibirás TODO (no solo un poco) de lo que pidas en oración. Podrás TODO (no solo un poco) en Jesucristo. TODO (no solo un poco) de las cosas que necesitas serán añadidas.

Estas son las promesas de Dios. Y me recuerdo escuchar los Aleluyas, las exaltación al Nombre.
Por que este es un mensaje que a muchos le gusta oír y están prestos a reclamar.

Pero en esto del TODO hay otros TODOS que el Señor también menciono.

Mar 12:29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de TODOS es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
Mar 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con TODO tu corazón, y con TODA tu alma, y con TODA tu mente y con TODAS tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Mar 12:31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

Y es en estos TODOS donde encontramos problema para el Cristiano, pues aunque se nos dice que amemos con TODO el corazón, algunos reparten ese corazón con otras cosas o personas (los novios, la familia, el trabajo, los deportes, los entretenimientos).

No me mal entienda, usted debe amar a su familia, pero nunca por encima de Dios.

Nuestra mente y fuerzas la enfocamos tanto en otras cosas que apenas si meditamos, estudiamos y leemos la Palabra de Dios. Estamos tan cansados, que olvidamos orar, que no acudimos a la congregación, por que nuestra fuerza ya no da para mas y terminamos sacrificando el tiempo para Dios.

TODO es TODO y no solo un poco.

Es verdad, el Señor promete darnos TODO, pero de igual manera el nos pide que demos TODO.

La Paz De Cristo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

COMO EL ÁGUILA.


Mas  los que esperan en Jehová tendrán nueva fuerzas; levantaran alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. (Isaías 40:31).

El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila (Salmos 103:5).



El plumaje viejo de un águila en los últimos años de su vida se envejece y se vuelve moteado y eventualmente se empieza a caer. Su pico se vuelve débil y sus garras despuntadas. No puede volar tan alto como antes lo solía hacer. Su propio instinto le llevara hacia las montañas a alguna cueva o un lugar alejado. Allí en la cueva, ella comenzara a arrancar su plumaje y a raspar su pico y garras contra la roca hasta que los haya raspado por completo. No come, ni bebe agua, lo que hace es ayunar. Es una experiencia dolorosa y domestica. El águila simplemente espera, porque sabe que su plumaje, su pico y sus garras eventualmente volverán a la normalidad. Cuando emerge de su tiempo de espera y estira sus alas, ella se ve y vuela como una águila nueva y joven. Entonces vuela con sus alas y sube a las alturas que antes conocía.

Ambos, Isaías y David, escribieron bajo este conocimiento del águila. Cuando escogemos esperar en el Señor a través del ayuno, arrancamos esa debilidad que nos mantiene atados a la carne y emergemos renovados en nuestras fuerzas espirituales.

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. (Hebreos 12:1).