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viernes, 26 de julio de 2013

¿PALABRA DE DIOS?


2Ti 4:3  Porque vendrá el tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; más bien, teniendo comezón de oír, amontonarán para sí maestros conforme a sus propias pasiones,
2Ti 4:4  y a la vez que apartarán sus oídos de la verdad, se volverán a las fábulas.


--¿Cuándo nos acompañas a la iglesia? Para que vayas a escuchar Palabra de Dios—

Esta es una invitación constante de parte de quien fuera mi pastor en la iglesia cristiana donde solía congregarme.
Ante esto nació en mi una duda ¿realmente se escucha Palabra de Dios en las congregaciones cristianas? ¿O solo una interpretación personal de parte del predicador?

Antes de cualquier expresión permítanme explicarme. 
Estuve nueve años en una iglesia cristiana, durante ese tiempo escuche muchas predicas de parte de mi pastor, de algunos líderes, de pastores de otras congregaciones, de destacados predicadores a nivel internacional, y en alguna ocasión a mí también me toco predicar en congregaciones  y eventos masivos.

Los mensajes que se llevaban generalmente eran mensajes de motivación, de reflexión, de “esperanza” (ya sabes, te va ir bien de salud, negocios, matrimonio, etc) y muchos sobre economía en la iglesia (estos se presentaban  sin falta alguna dentro de los otros).
Y eran estos mensajes los que hacían mover a las masas de sus asientos, ponerse en pie y aplaudir, etc.

En cierta ocasión surgió en mí una duda y dado que por más que escudriñaba la Escritura (esto es un decir, en realidad rebuscaba en los libros que vendía nuestra organización) no encontraba la respuesta. Decidí preguntar a un reconocido predicador y “maestro” bíblico, a nivel internacional, que visitaba la congregación. Después de darle muchas vueltas al asunto no supo darme respuesta y termino hablándome de fútbol.

En otra oportunidad le pregunte ¿Por qué debería rasurarme el bigote? Y lo que hizo fue mostrarme al profeta Ezequiel que se corto la barba y el cabello, esto no tenía nada que ver con que yo me tuviera que rasurar la barba y el bigote para poder servir en el altar. Su explicación, que no lo fue, más bien fue una cita bíblica, estaba totalmente fuera del contexto de la Escritura.

En fin uno podía, puede, escuchar mucha predica, mensajes que hacían que las damas, varones, jóvenes, etc. se levantaran de su asiento  y comenzaran a gritar, aplaudir, cayeran de rodillas ante el altar y demás cosas que denotaban algún tipo de sentimiento o emoción, que no precisamente llenos de la presencia del Santo Espíritu.

Mi pueblo perece por falta de conocimiento… y no por falta de emoción (adición mía).

Los estudios bíblicos van de acuerdo a lo que creen dentro de una organización, vamos no es un estudio real de la biblia sino algo que ya va dirigido a enseñar un dogma que se maneja dentro del grupo religioso al que se pertenece, algo ya establecido, esto es acomodar la Palabra como mejor les acomoda y no respetar el texto bíblico.
Para colmo, muchas veces, los cultos de estudio bíblico son hechos a un lado para dar lugar a los cultos de alabanza que son más del gusto de los congregantes.

¿Pero y la lectura y el escudriño bíblico?

En cierta ocasión quise que tuviéramos un estudio sobre el libro de los Hechos, pedí a la congregación que leyeran los primeros dos capítulos para analizarlos el siguiente culto de enseñanza. A la siguiente semana fue grande mi decepción cuando pregunte ¿Quién leyó los capítulos encargados? Y nadie, ni siquiera los lideres, el pastor, NADIE.  No habían tenido tiempo, se les había olvidado, etc. El interés sobre la lectura bíblica era totalmente nulo.

Todo lo comentado desde el principio me lleva a esto, no hay un gusto por la lectura y el escudriño bíblico. Los predicadores leen, se “encuentran” un mensaje, lo adornan y lo presentan el día de culto en el púlpito.  Sacan de contexto los pasajes, se imaginan historias alrededor de un texto, toman citas de aquí y de allá para mostrar su punto, aun cuando su contexto no entra dentro del tema que se está tocando.
Y los miembros son un reflejo de esto, pareciera que solo les interesa el mensaje que pueda llevar el predicador, pero no les interesa tomar el tiempo para leer y escudriñar la Escritura aunque a ellos  les parezca “que en ella tienen la vida eterna” no se da muestra de que sea así.

No quiero generalizar en los predicadores, pienso que la prédica y el tomar como ejemplo la Palabra para aplicar hoy día en nuestras vidas son importantes. Pero el que se dice hijo de Dios no puede ni debe dejar que otros le interpreten todo el tiempo, debe ser un buscador constante de los tesoros escondidos en Cristo, debe clamar a Él y Él le responderá, debe pedir ese Espíritu de verdad que le guíe a toda verdad, esa debe ser su prioridad.
Recuerde “BUSCAR PRIMERO el reino de Dios y su justicia...”

Hoy día, si te congregas en algún lugar, debes al menos contar con una copia de la Escritura, así  que ¿Cuál es tu pretexto para no escudriñarla?
Vuélvase un lector y analista de la Palabra de Dios, si de verdad le ama se esforzara por conocerle, escudriñe la Escritura y apasiónese por ella.

Dentro de los ministerios dados por Dios está el de maestro, y claro que puedes acudir a uno, pero cuídate de los falsos maestros o de aquellos que se hacen a sí mismos maestros.

Hoy día ya no comparto muchas de las creencias que antes tenía con los miembros de la congregación o con algunos otros hermanos alrededor del mundo.
Si me conoces probablemente dirás que soy alguien que se ha alejado del camino de Dios. Te diré que no, hoy día me siento más cerca de Él. Pero en todo caso no estoy tratando de convencerte de que creas lo que yo creo. Te estoy invitando a que tengas el hábito de leer la Palabra de Dios, analizarla y cuestionarla.

Entonces, volviendo al punto inicial, Cuándo acudes a un culto ¿realmente escuchas Palabra de Dios o solo una interpretación personal del predicador?
La respuesta está en la lectura y análisis constante de la Escritura, porque si eres un estudioso constante de la misma entonces sabrás si lo que te dicen desde el púlpito es correcto o no.

 Col 1:9  Por esta razón también nosotros, desde el día en que lo supimos, no cesamos de orar por ustedes y de rogar que sean llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría y plena comprensión espiritual.
Col 1:10  Para que anden como es digno del Maestro, a fin de agradarlo en todo; de manera que produzcan fruto en toda buena obra y que crezcan en el conocimiento de YHVH.
SHALOM.