jueves, 26 de abril de 2012
miércoles, 18 de abril de 2012
LA SAL DE LA TIERRA.
Mat 5:13 Vosotros
sois la sal de la tierra; y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? No
vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
La sal era algo muy escaso y por lo tanto valioso en la época
del Señor Jesucristo. La historia cuenta que a los soldados romanos se les
pagaba con sal.
El Señor comparo a sus discípulos con la Sal, dando a
entender lo valioso e importantes que ellos eran.
De los siervos y siervas que actualmente cumplen con el
mandato del Señor Jesús de dar a conocer Su Evangelio, podemos decir que hoy día son la sal de la
tierra.
Entre las funciones de la sal mencionare cinco.
La Sal da sabor, como hijos de Dios nos corresponde darle
sabor a este mundo, a esta vida, hacer de lado la amargura de muchas personas
que tal vez han perdido ese sabor por vivir ante las dificultades que enfrentan
cada día.
La sal produce sed, si somos considerados sal de la tierra nos
corresponde despertar en las personas esa sed de Dios, por que cuando logremos
despertar esa sed en ellos vendrán a clamar como la mujer Samaritana – Señor dame
de beber de esa agua – así cuando ellos clamen se encontraran con un río de
aguas vivas que saltan para vida eterna. Si alguno tiene sed venga a mí y beba.
La sal es pura, no permite que ningún microbio viva en ella,
el hijo de Dios debe esforzarse por mantenerse puro y lleno de santidad conforme al mandato de
Dios.
La sal cura heridas, como sal de la tierra es nuestra obligación
llevar esa Palabra que sane y cura las heridas espirituales de este mundo.
La Sal es Preservadora, el Señor a entrego su doctrina a sus
apóstoles, solo a ellos les permitía conocer y entender sus verdades
espirituales para que ellos al recibirlas las preservaran y ordenaran que
fueran preservadas.
Si somos sal de la tierra nos corresponde preservar pura la
doctrina dejada por el Señor Jesucristo. Arrepentimiento, Bautismo en agua en
Su Nombre y Santidad.
Entonces ¿es usted sal de la tierra?
El Señor Jesús le bendiga.
Etiquetas:
bautismo,
evangelio,
llenura de Espíritu Santo,
sal
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